Aplicar la tecnología al servicio del bienestar digital

Bienestar | Prevención

Jose Luis Potin. Digitalwellbeing lead en Flexxible IT, Profesor de Transformación digital para RRHH en IEBS. 

Entre los factores que han motivado los efectos negativos del teletrabajo en la salud de las personas, destacamos la cultura “siempre conectados”, y el intento de sustituir la comunicación presencial por la digital, junto a una carencia de entrenamiento para ejercer un uso saludable de la tecnología. Los informes y estudios sobre las consecuencias de la digitalización del puesto de trabajo coinciden en que más de la mayoría de los teletrabajadores se han visto afectados de forma grave o moderada, una tercera parte se siente aislado con pocas opciones de comunicarse con sus colegas, y otro 30% tiene dificultades para conciliar trabajo y vida personal.

El teletrabajo en sí no es el problema, es un modelo laboral que tiene enormes ventajas para empleados y empresas. Tampoco es el único entorno donde nos exponemos a la hiperconexión; la digitalización del puesto de trabajo, o la globalización en el entorno laboral con equipos distribuidos geográficamente donde la relación presencial es reemplazada por la digital, han convertido a la tecnología en una herramienta de la que no podemos prescindir, con independencia de si trabajamos en oficina o en remoto.

En consecuencia, gestionar el bienestar digital se convierte en uno de los principales retos de las organizaciones a la hora de cuidar la salud y el rendimiento de sus empleados con independencia del modelo de trabajo, híbrido, presencial o remoto.

Como en todo plan, para desarrollar una iniciativa que fomente el bienestar digital en los empleados necesitamos conocer nuestro punto de partida y el objetivo a alcanzar. Las encuestas de clima y bienestar emocional, los seguimientos de desarrollo profesional, las sesiones de coach o la evaluación 360 grados, son una fuente importante de información para tomar el pulso a la organización, pero carecen de aspectos importantes en un entorno de transformación digital, como pueden ser la inmediatez (encuestas anuales), la globalidad (la participación suele ser baja), o la transparencia de las respuestas.

La propia tecnología nos ayuda a superar estas carencias. Desde finales de la primera década del 2.000 surgen aplicaciones de encuestas que a través de ‘ventanas’ emergentes en el ordenador o en el móvil, nos preguntan por algún aspecto relacionado con nuestra actividad profesional o estado emocional. Estas aplicaciones de sondeo complementan a las encuestas anuales, su simplicidad y frecuencia facilita la participación y la objetividad, y reduce el tiempo necesario para obtener los primeros resultados; hay empresas que sondean diaria o semanalmente a sus empleados, obteniendo indicadores de opinión y estado emocional con mayor frecuencia.

Con la combinación de ambas soluciones, podemos disponer de una visión actualizada del grado de bienestar emocional. Sin embargo, nuestra iniciativa va más allá, si queremos fomentar el bienestar digital y ayudar a los empleados a tener una relación saludable con la tecnología, necesitamos que las personas sean conscientes de cuanto de saludable es esta relación.

A la pregunta de cuántas horas estamos conectados sin hacer una pausa, las horas que descansamos sin conectarnos a un dispositivo o cuanto tiempo conseguimos concentrarnos en una tarea sin atender un correo, un chat o una llamada, o bien no sabremos dar una cifra o nuestra respuesta se basará más en un deseo que en una realidad. Si además nos preguntan por un período concreto, la semana o el mes anterior, nos daremos cuenta de que desconocemos nuestro grado de uso de la tecnología.

La propia tecnología es la más adecuada para ayudarnos a responder a estas preguntas, de la misma forma que las pulseras biométricas nos indican con exactitud cuántos pasos damos diariamente, no es lo mismo suponer que nos movemos suficientemente que saber con exactitud si cumplimos con los 8.000/10.000 pasos que recomiendan las autoridades sanitarias. En el área de interacción digital existen soluciones que nos permiten conocer cómo trabajamos con los dispositivos, en los móviles tenemos el ejemplo de Apple con “Time Screen” o Google con “Digital Wellbeing”, y en el entorno profesional las plataformas de monitorización del bienestar ofrecen una visión completa de la interacción digital con el ordenador además del móvil o tableta.

Dotar y formar a los empleados en estas soluciones para que conozcan la realidad de su interacción digital, nos permitirá conocer el grado de bienestar digital de la organización y dotarles de autonomía para que ellos mismos lo gestionen. Empoderar a los empleados, demostrando transparencia y confianza es una estrategia que refuerza su compromiso, tal y como concluye la investigación de la American Psychological Association, “cuando los empleados se sienten empoderados en el trabajo, se obtiene un mayor rendimiento laboral, satisfacción en el trabajo y compromiso con la organización”.

El impacto en la salud y la productividad del uso sin control de las tecnologías merece que las organizaciones presten una mayor atención al cuidado del bienestar digital, incorporándolo en la estrategia y en la cultura de las compañías. De tal forma que sea una responsabilidad compartida con los empleados, y aquí RRHH y dirección tienen el reto de dar ejemplo con una estrategia top-down. Dotando de herramientas para que los empleados sean autónomos en su control de la interacción digital, conseguiremos el compromiso de toda la organización en la gestión del bienestar digital.

 

Jose Luis PotinAutor: Jose Luis Potin

Jose Luis Potin es Digitalwellbeing lead en Flexxible IT. Profesor de transformación digital para RRHH en IEBS. Ha desarrollado su carrera profesional en las áreas de consultoría, y comercial en fabricantes de software como Oracle, Unit4 y Digital Equipment Corporation.

 

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