La cultura adaptativa como necesidad de supervivencia

Prevención

Silvia Oceransky – especialista en Transformación Cultural

Hace años que acompaño a las empresas y direcciones que quieren transformar su cultura organizacional. Encontré mi vocación en este propósito vital tras una larga experiencia profesional en el cambio de valores y, por tanto, de comportamientos individuales y colectivos.

Desde mis comienzos, hace más de 25 años, ya pude comprobar que, si no cambiabas las creencias de las personas, no cambiabas su manera de comportarse y de la misma manera tenías que trabajar en las organizaciones, cambiando sus creencias y sus valores, cambiando los modelos de liderazgo, de toma de decisiones, de trabajo en equipo, etc… para poder actuar sobre su comportamiento organizativo.

Hoy, esta necesidad de cambio nos ha venido a golpear con fuerza y no nos deja, finalmente, mirar hacia otro lado. La pandemia nos ha traído una verdad a la que ya no podemos dar la espalda, aunque ya estaba siendo así desde hace años: el cambio es una constante que no puede preverse ni planificarse. La aparición de sucesos inesperados es una parte de la ecuación de ser humanos y relacionarnos, ya sea en el ámbito laboral o en el personal. Esta pandemia solamente ha evidenciado nuestra fragilidad, nuestra vulnerabilidad y la de las estructuras organizativas tradicionales.

Y, ¿qué hacer ante este cambio continuo? ¿Cómo podemos actuar en un entorno complejo y cambiante? ¿Qué hacemos con todos los sistemas cargados de procedimientos, normas, estructuras rígidas y no amoldables en las que nos movíamos las empresas y, por tanto, los profesionales? ¿Cómo sobrevivimos si el suelo se nos mueve todo el rato y las certezas han dejado de serlo? ¿Qué va a ser de tanto conocimiento técnico si de pronto nos encontramos en un entorno en el que nunca hemos estado? La única respuesta viable a estas y otras miles de preguntas ya la da el título: Crear una cultura adaptativa, generar espacios continuos de reflexión y adaptación, pero con agilidad y co-responsabilidad, es la única manera de sobrevivir.

¿Por dónde empezamos?

Pues por donde se trasmiten los valores, por el modelo de liderazgo que es el que define a la organización. Para poder empezar a trabajar en una transformación cultural que nunca se acaba os recomiendo trazar una hoja de ruta que incluya los siguientes aspectos:

  • Crear un grupo de trabajo de transformación, con personas de toda la organización, pero con una dimensión manejable. Así el proyecto será de toda la organización, no solamente de vuestro departamento. Además, con su puesta en marcha, se comienza un proceso de escucha organizativa que por sí mismo es transformador
  • Generar espacios de reflexión, tanto sobre lo que hacemos, sobre a dónde podríamos ir, sin prejuicios, creando un entorno de confianza y aprendizaje continuo. La participación es fundamental, no solamente en este proceso de transformación sino como forma de ser organizacional. Sin participación, cualquier cambio es más complicado y si queremos que el cambio sea una constante, necesitamos diseñar modelos de participación cotidianos
  • Comunicar, comunicar, comunicar y comunicar. Y comunicar no es solamente hablar, o dar información, comunicar es también escuchar, cotejar si lo que he querido decir es lo que se ha entendido, generar vías de aprendizaje, aceptar los errores y abrir canales y redes para que se comunique con confianza. Para generar esta confianza las personas tienen que entender qué estamos haciendo y ser parte del proceso y eso solamente se consigue con una buena comunicación bidireccional
  • Observar, medir, con curiosidad, con objetividad, con autocrítica. Crear dinámicas de autoanálisis ágiles y retadoras. No podemos cambiar lo que no conocemos, no podemos conocer si no observamos. Definir los valores, analizar las creencias que hay detrás, retar el pensamiento, para que cuando nos reten desde fuera, como en esta pandemia, podamos responder y adaptarnos con facilidad. En este punto tener herramientas de diagnóstico ayuda, en función de objetivo que se quiera analizar y el aspecto cultural que se quiera cambiar
  • Analizar si los valores de la organización necesitan cambiar. Lo más importante para tener una cultura adaptativa eficaz es tener un foco claro, cuál es mi propósito organizativo, que será la única guía que tengo para poder mantener el rumbo en un entorno cambiante. Si los valores que tengo, los de verdad, no los que pongo en presentaciones hacia el exterior, no son coherentes con el propósito, mis actos me delatarán y entraré en una espiral de divergencia cognitiva organizativa que no me dejará avanzar por muchos esfuerzos que haga y muchas planificaciones que tenga
  • Definir cómo voy a cambiar lo que tengo que cambiar para que el cambio sea parte de mi cultura y mi liderazgo. Para esto lo primero que tengo que hacer es soltar: soltar lo que creo que ya sé, aceptar que es necesario cambiar, aunque lo que haya hecho me sirviera en algún otro momento de mi historia organizacional, incluir el cuestionamiento de todo lo que he hecho, estoy siendo y voy a ser

Y una vez cambiado lo que he necesitado cambiar, vuelvo al origen y chequeo, continuamente, cómo vamos de alineados con ese propósito organizativo que marca mi rumbo, porque si no corregimos constantemente el timón, llegaremos a un puerto muy diferente del que habíamos planeado y puede que no tengamos amarre y nos quedemos fuera del puerto, dejando sin abastecimiento a todas las personas que conforman la organización y que son la parte más importante de ella.

Autor: Silvia Oceransky

Especialista en Transformación Cultural y en Comportamiento para empresas y organizaciones, Licenciada en Ciencias del Trabajo, Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales, Master en Gestión de RRHH, Coach Ejecutiva y de Equipos. Más de 25 años de experiencia ayudando a empresas de todo tipo (industria, transportes, marítima, agraria, sanitaria, servicios, etc) a modificar sus modelos organizativos para transformarse en organizaciones más sanas, seguras y saludables. Titulada en Transformación Cultural Sistémica, los últimos años dirige su propia consultoría artesanal de cambio cultural, liderazgo y modelos saludables para todo tipo de empresas, tamaños y sectores.

 

 

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